La Comisión de Cultura celebra el XV Ciclo de Cine y Derecho los jueves 18, 25 de abril y 2 de mayo en el Cine Albéniz. Las películas que se presentarán en esta ocasión son: ‘El proceso Paradine’, ‘Llamad a cualquier puerta’ y ‘Argentina, 1985’.
Hablamos en esta entrevista con los abogados y coordinadores del ciclo: Francisco Javier Fernández Zurita y Carlos Font Feliu.
- Tras quince ediciones de este ciclo, ¿cuál es la valoración que percibís entre los colegiados?
Francisco Javier Fernández: La percepción es que tenemos una actividad cultural consolidada y arraigada entre las múltiples y estupendas actividades culturales que se celebran en Málaga capital.
Carlos Font: Hay colegiados muy fieles que vienen todos los años, y muchos otros que nos felicitan por mantener activo año a año el ciclo, aunque su asistencia sea más irregular. Dicho esto, en general la valoración es muy positiva.
- Se han proyectado gran cantidad de películas, ¿cuáles han sido las mejor valoradas por los participantes?
F.J.F.: Dada la amplitud de películas proyectadas y la variedad de temas tratados, es difícil contestar a esta pregunta, pero las mejores valoradas suelen coincidir con aquellas que suscitan mayor controversia, debate, en el coloquio. Y, sencillamente, aquellas que tienen un final feliz.
C.F.: No tenemos ese dato. Pero yo diría que una de las grandes sorpresas es lo que le ha gustado a la gente ver cine clásico en pantalla de cine, que por cierto es el espacio natural para el que fueron realizadas y no para verlas en una pantalla de televisión.
- ¿Cómo es el proceso de selección de filmes para el Ciclo?
F.J.F.: El ponente propone la película y/o la temática y, si no propone ninguna película concreta, los miembros de la organización en el Ciclo de Cine le sugerimos alguna o una alternativa. Por lo general, es él quien la plantea, y es aceptada siempre que no se haya proyectado anteriormente.
C.F.: Depende del ponente que elijamos, y de si está especializado en alguna materia jurídica en especial. Una vez que acepta la invitación, se le da la opción de que elija una película que le interese especialmente, y si nos pide que seamos nosotros quienes lo decidamos, se le suelen ofrecer un par de ellas, y él la elige. En algún caso, nos han pedido que la elijamos nosotros directamente.
- Y, en cuanto al ponente que hace la presentación, ¿cómo se selecciona quién la hará?
F.J.F.: Por su amor al cine, por su interés en el ciclo y por su preparación como profesional.
C.F.: Nos reunimos periódicamente con varios compañeros, también grandes aficionados al cine, nos vamos a comer y cada uno va sugiriendo y, de ahí, salen las propuestas.
- ¿Por qué creéis que existen tantas películas que traten del mundo jurídico?
F.J.F.: Porque el cine es como la vida misma. Cualquier cuestión de nuestra vida por cotidiana que sea tiene una trascendencia jurídica que es lo que refleja el cine jurídico. El mundo audiovisual plasma la realidad, la mezcolanza entre la cotidianeidad y la realidad jurídica en la que vivimos.
C.F.: Yo particularmente considero que es un género cinematográfico que da juego para mezclar toda clase de sentimientos que al espectador le puede atraer: intriga, pasiones tales como asesinatos por amor, dinero, o, como es característico del cine de Hitchcock, gente normal que se ve envuelta en una aventura del todo inesperada. En resumen, trata todos los sentimientos del ser humano.
- ¿Es el cine una ventana al trabajo del abogado fidedigna o resulta una caricatura?
F.J.F.: Por lo general, refleja la vida del abogado cuando la película así lo pretende. Algunas películas muestran más una visión caricaturesca, pero, incluso en esta faceta, resulta interesante la labor del abogado.
C.F.: No es, desde luego, una caricatura. Pero, vaya, en una película, el testigo siempre contesta lo que queremos que conteste para que la trama se mantenga; en la realidad, el testigo ayuda menos, por decirlo de una manera diplomática.
- ¿Cómo se extrapolan las historias cinematográficas a la vida real?
F.J.F.: Lo solemos extrapolar con facilidad puesto que precisamente uno de los objetivos del ciclo es eso. Al final del todo, siempre casa la historia con la vida real, hasta en las películas más insospechadas.
C.F.: Por mi parte, pienso que es difícil. Desde luego que da ideas, pero extrapolarlas es complicado.