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La Abogacía de Málaga ha reconocido la trayectoria profesional de 36 años de dedicación a la abogacía, las instituciones y al conjunto de la sociedad de la colegiada y compañera María Ángeles Brinkmann, quien ha recibido la Medalla de Honor en reconocimiento a sus servicios.

En esta entrevista, María Ángeles cuenta cómo ha sido su trayectoria en la institución colegial, cuáles son los retos a los que se enfrenta en la actualidad el sector jurídico y cómo ha evolucionado la Responsabilidad Civil en las últimas décadas.

1.      ¿Qué balance harías de tu trayectoria profesional tras estos 37 años?

Pues un balance muy positivo, porque realmente hago lo que me gusta. Más positiva no puede ser. Me casé y me colegié en 1988, ese año lo hice todo.

Lo que pasa es que también ha sido complicado, porque al ser también madre, pues la historia se complica mucho. Y la abogada, tiene complicado compaginar una cosa con otra. Pero, por lo demás, no tengo quejas. Siempre he encontrado muy buenos compañeros en frente y a mi lado. Y me siento muy bien tratada, la verdad. Me siento bien con la profesión que elegí.

2.      ¿Qué logros y principales hitos destacarías de toda esta trayectoria?

Creo que la perdurabilidad con mi cliente principal, que sigue confiando en mí después de 25 años. Creo que eso no lo puede decir cualquiera. Estoy muy contenta en ese sentido, para mí eso es un gran logro, con los tiempos que corren, es un gran hito.

3.      ¿Cuáles consideras que son los retos o desafíos aun pendientes en el sector jurídico en España?

Como de costumbre, diría que siempre son los medios. Hay una carencia de medios absoluta. Y además, creo que la sociedad todavía nos mira como un enemigo. El abogado siempre es el malo de la película (y lo es en las películas, por supuesto). Y creo que no se valora lo que vale nuestro trabajo, en realidad. Además, creo que tenemos la obligación de hacer llegar una mejor visión nuestra. Para mí también es un reto el hecho de que las mujeres abogadas tengamos el mismo equilibrio en cuanto al trato social y delante de los tribunales. Y sobre todo que se valore también que la mujer también es madre, la abogada también es madre y necesitaría mayor posibilidad de conciliación.

4.      ¿Cómo ha evolucionado la especialización de la Responsabilidad Civil y Seguros durante toda tu trayectoria profesional?

Creo que ha sido una evolución hacia la absoluta tecnificación. Antes éramos como quien dice artesanos de la identificación que al final es como si te dijera la meta de toda la responsabilidad. Y la responsabilidad al final es resarcir. Pues esa es una evolución que antes era mucho más simple y ahora se ha complicado mucho, pero se ha tecnificado. No sé si es bueno o malo.

Quizás también la seguridad jurídica, pero por otro lado también limita mucho la valoración en cuanto a los jueces. O sea, en cuanto a la apreciación de los jueces a la hora de dictar una sentencia. Pero bueno, estamos hablando de Derecho, o sea que tiene que estar todo sujeto a una reglamentación. Y también es bueno, porque la seguridad jurídica es un plus, y más en estos tiempos que corren.

5.      ¿Cómo ha sido tu papel en la Comisión de Deontología de la Abogacía de Málaga y de qué se encarga esta comisión?

Primero formé parte de la Comisión de Honorarios y después entré en la de Deontología. La verdad es que tanto en una como en otra, he encontrado magníficos compañeros. Creo que mi contribución ha sido durante estos años la que debía ser. He trabajado y he aprendido muchísimo. La Comisión de Deontología es una comisión complicada en cuanto al fondo, porque al fin y al cabo habla del comportamiento de los compañeros. pero al mismo tiempo es muy gratificante. Aprendes muchísimo, siempre tienes compañeros que te van a enseñar infinito. Yo he estado muy a gusto trabajando, porque además siempre coincides con gente muy competente.

En toda mi vida no he aprendido tanto como en esas circunstancias, me han dado una perspectiva totalmente distinta. Yo creo que la satisfacción personal es de las cosas más importantes en la vida.

6.      ¿Cómo te sientes al recibir la medalla de honor por parte de la Abogacía de Málaga?

La verdad es que me siento muy honrada y muy agradecida, me hace mucha ilusión recibir esta medalla. Y aunque todo el que recibe una distinción, una medalla o una condecoración, siempre dice que es inmerecida… en mi caso, de verdad, es que la veo muy inmerecida. Yo siempre he admirado a muchísimos compañeros y pienso que ellos podrían ser igual de merecedores que yo, pero sobradísimamente por encima de mí.

Como además yo soy ya de la carrera antigua, porque llevo toda la vida yendo al colegio de abogados y he conocido a todo el personal que había hace 20 años… Para mí ha sido como una evolución, de ser una cosa pequeña a una cosa tan grande como es ahora el Colegio con el personal tan buenísimo que tiene. Entonces, me siento honrada, por el Colegio muchísimo, pero entiendo que yo la recibo en nombre también de mis compañeros, que también se lo merecen muchísimo. En definitiva, me hace mucha ilusión.