María Jesús Martínez del Campo fue la primera mujer licenciada en Derecho en en Fuengirola. Tras 44 años de servicio profesional, la Abogacía de Málaga reconoce su labor en beneficio de las familias y del conjunto de la sociedad otorgándole la Medalla de Honor por su dedicación y trayectoria.
1. ¿Qué balance harías de tu trayectoria profesional de 44 años?
Un balance positivo. Obviamente no ha sido fácil. Una abogada sola a principio de los 80 era algo que llamaba la atención. Como ya dije en la entrevista que me hicieron para el Diario SUR, creo que la Ley de Divorcio de 1981 hizo que se me fuera aceptando como una profesional más y permitió que me hiciera con una clientela que ha continuado conmigo hasta que me he jubilado. Abuelos, hijos y nietos.
2. Como figura pionera en la abogacía malagueña, ¿qué progresos y logros destacarías del contexto actual?
Los logros y progresos en estos 44 años han sido tantos y tan increíbles que no soy capaz de especificar los más importantes. Pero creo que si hay que destacar alguno es la naturalidad con la que hoy vemos que el compañero contrario sea mujer o un hombre y no cabe en la cabeza que algunos estén más preparados que otros.
3. ¿Cuáles consideras que son los retos aun pendientes en la carrera profesional de las abogadas de este país?
La conciliación. Cualquier problema familiar aún recae en las mujeres. No es fácil atender a un hijo enfermo y que te cierre plazo para contestar una demanda. Es cierto también que cada día me encuentro con más compañeros implicados con su familia, pero creo que queda mucho por hacer y sobre todo porque no tiene una solución fácil.
4. ¿Cómo ha evolucionado la especialización del Derecho de familia en estos años en Fuengirola, teniendo en cuenta el crecimiento de la población y la evolución la diversidad familiar existentes hoy?
En el partido judicial Fuengirola – Mijas, tenemos casi el mismo problema que nos encontramos a partir del año 81: que no tenemos Juzgado de Familia y, por tanto, Jueces especializados ni equipos de apoyo. Es una reivindicación que venimos haciendo desde hace tiempo a todos los niveles, pero por lo visto «no tenemos suerte». Me voy de la profesión sin haberlo visto, lo que es una pena.
No obstante, lo dicho, reconozco que han pasado magistrados que se han preocupado de los temas de familia y que han hecho lo posible por imponerse en esta rama del derecho. En el año 1981, se tocaba con pinzas y actualmente se trata con muchas más preparación y profundidad.
5. Destaca alguna normativa o reforma legislativa que consideres que ha marcado un punto de inflexión en esta rama jurídica
Además de la Ley de 1981, creo que la del 2005 del «Divorcio Express» y la Sentencia de 2013 sobre la conveniencia de la custodia compartida «revolucionaron» los criterios que veníamos aplicando tanto los justiciables como los Letrados, sobre todo los Magistrados.
6. ¿Cómo consideras que ha sido el papel de la Abogacía de Málaga como colegio profesional, especialmente en la formación para los profesionales del sector jurídico?
El Colegio de Málaga se ha convertido en un referente sobre formación de los colegiados. En los años 80 no existía e incluso en el año 2000 cuando entró en vigor la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil tuvimos que buscarnos (por lo menos en los pueblos) a jueces y secretarios para que dieran alguna conferencia y pudiéramos comentar con ellos todos las novedades. Actualmente, el Colegio imparte toda clase de formación, presencial, on line y sobre toda clase de materias. Para los que tienen mi edad esto es un lujo que espero que los actuales colegiados reconozcan